He oído alguna vez
Que el tiempo de nuestros relojes.
No es el mismo al de nuestras almas
Y pude ver su verdad.
No existen más que momentos.
Están los malos, y están los buenos.
Y entre los brazos de este ser alado
Pude sentir la alegría caminando por mis manos.
Con la ingenuidad de mi voluntad,
Voy a agradecerle todo lo que ha logrado.
...Y el alma me llena
Con sólo destellos de su corazón.
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